Como primera parada de nuestro viaje por Europa, decidimos pasar unos días en Bakú, la capital; de Azerbaiyán. “¿Donde? ¿Por qué van ahí?” Nos dijeron varios familiares y amigos. Veníamos de Australia, queríamos ver algo no tan explorado de Europa (¿o tal vez sea Asia?) y pareció ser el lugar adecuado. En parte de este post intentare contar porque nos pareció que Bakú es más europea que asiática.
Algunos detalles de Azerbaiyán antes de empezar:
- Normalmente se requiere Visa. Puede solicitarse y pagar online, y usualmente responden en menos de dos días. Se hace en https://evisa.gov.az/en/ , y cuesta menos de 24 USD.
- La moneda se llama Manat. Al momento de escribir este post (octubre 2018) con 1 USD te daban 1,70 Manat.
- Los vuelos internacionales llegar al Heydar Aliyev International Airport, en las afueras de Bakú:
- Hay Cajeros y casas de cambio en el aeropuerto.
- Se puede comprar tarjeta sim para el teléfono también. Se solicita pasaporte, y no es tan económico como uno esperaría (pagamos 25 Manat por 2 GB, casi 15 USD), pero la señal era considerablemente buena, y muy útil para Google Maps y usar ocasionalmente el traductor.
- La mejor forma de llegar a la ciudad es tomando el City Bus. La línea es la H1 y cuesta 1,30 Manat. El recorrido llega hasta la estación 28 de mayo, justo en el centro de la ciudad. La única forma de pagar el bus es con la Baki Card, que se usa para todos los medios de transporte en Bakú. Esta tarjeta se compra en una máquina que esta justo a la salida de las terminales del aeropuerto. Se puede seleccionar inglés como idioma en la pantalla, y la tarjeta sale 2 Manats. Como la maquina no da cambio, todo el dinero extra que uno ingresa se carga a la tarjeta. Por ejemplo, metiendo un billete de 10 Manats, la maquina entrega la tarjeta con 8 Manats cargados (que es un montón ya que el precio standard de viaje en bus es 0,30 Manat). La misma tarjeta puede ser usada por más de una persona, ya que solo se marca al subir al transporte público.
- Reservamos el alojamiento usando Booking.com. Si les interesa, pueden crear su usuario con este link, y obtener 25 dolares australianos de descuento (o el equivalente en su moneda local).
Como mencionamos, Azerbaiyán está en el límite entre Europa y Asia, al igual que Turquía. Y eso se puede ver en las calles de Bakú. Construcciones antiguas, especialmente en la Ciudad Vieja, tienen rasgos de medio oriente, trasladándonos a Estambul. Los mercados callejeros, con comida, artesanías y alfombras son también parte de eso. Por otro lado, construcciones modernas tratan de ser más europeas, imitando construcciones francesas del siglo XIX, aunque se hayan construido hace 15 años. Para mi Bakú es una pequeña Estambul, pero Flor no está muy de acuerdo.
Azerbaiyán, que fue parte de la Unión Soviética, significa tierra de fuego, y se ven también construcciones que honran ese nombre. Las más populares son las Flame Towers, terminadas en 2012.
El Desarrollo general merece un párrafo aparte. La economía azerí depende principalmente de los recursos naturales (petróleo y gas), y durante el periodo de altísimos precios en la primera década del Siglo XXI, el país inicio muchos planes de desarrollo, incluyendo edificios ultramodernos como las nombradas Flame Towers, y el potencial rascacielos más alto del mundo. Al caer el precio del barril de crudo, esta construcción se detuvo. Con estos planes, muchos nombraron a Bakú como la “nueva Dubai”.
Desde nuestra perspectiva, la sensación es que Azerbaiyán intento desarrollarse rápidamente, pero la economía no logro mantener el ritmo, resultando en un extraño mix de cultura antigua, algunos edificios modernos y muchas obras inconclusas.
La influencia de muchos años como parte de la Unión Soviética tuvo un alto impacto en la gente. Si bien la religión se mantuvo fuerte, con la mayoría de la gente siendo musulmana, las generaciones más grandes hablan ruso como segunda lengua, mientras que los más jóvenes prefieren aprender inglés.