Acabamos de volver de pasar nuestra Semana Santa en Tasmania. Solo teníamos 4 días y no es suficiente para ver recorrer toda esta increíble isla, pero igualmente queríamos conocer algunas de sus atracciones. Definitivamente volveremos y exploraremos más.
Sacamos nuestro vuelo con Jetstar desde Melbourne a Launceston y alquilamos un auto con Bargain Cars Rentals.
Abajo les contamos nuestro itinerario.
Día 1
Aterrizamos en el aeropuerto de Launceston a media mañana y llamamos al número de Bargain Car Rentals. Había una van esperándonos para llevarnos a la oficina, que quedaba a 5 minutos, junto con otros pasajeros.
Por suerte fuimos los primeros en hacer el papelerío, metimos nuestras valijitas en el baúl del Hyundai Accent y arrancamos hacia Hobart.
Nuestra primera parada fue 10 minutos después de salir para cargar agua caliente para el mate. No podemos hacer un roadtrip sin mate, ¿o sí?
Las siguientes dos horas las pasamos manejando por una ruta llena de curvas, disfrutando el paisaje ondulado salpicado con ovejas y vacas.
Llegamos a Hobart cerca de las 2 de la tarde e hicimos check-in en nuestro hotel, el Waterfront Lodge, donde nos enteramos que nuestro plan de la tarde estaba cerrado porque era feriado (Viernes Santo, uno de los pocos días donde todo Cierra en Australia). Decidimos almorzar rápidamente en un McDonald’s y nos fuimos para el famoso MONA.
MONA no es lo que uno esperaría encontrar en un lugar como Tasmania, donde las principales atracciones son naturales, pero este Museo (Museum of Old and New Art – Museo de Arte Viejo y Nuevo) es super loco. Se trata de una gigantesca cueva llena de laberintos con piezas de arte extrañas, tales como un auto gordo, un pozo petrolero que crea la idea de infinito y un experimento químico que recrea el olor a cloaca. Si visitan Hobart, recomendamos este lugar al 100%.
No es barato, sale $28 AUD por persona. Si se toman el barquito desde el Brooke Street Pier hay que agregar $22 AUD más. Nosotros decidimos ahorrarnos esa plata e ir manejando.
Después del MONA volvimos hasta la ciudad y caminamos por los muelles del puerto antes de pedirnos una pizza y cenar en el hotel.
Día 2
Nos levantamos temprano, nos compramos un café barato (y asqueroso) en una estación de servicio y arrancamos hacia la Tasman Peninsula, en el lado Sudeste de la isla. El camino lleva hora y media y es muy bonito. Por el camino se ven carteles amarillos con el Demonio de Tasmania y además vimos algunos muertos al costado de la ruta.
Llegamos a Port Arthur antes de las 9 de la mañana, la hora en que abren, así que fuimos casi los primeros en entrar. El ticket al sitio histórico no es barato: por $40 AUD se obtiene acceso al lugar, un tour introductorio y un paseo en barco por la bahía.
En Port Arthur se pueden ver las ruinas de la primera prisión de Australia, incluyendo el edificio principal, un loquero, un hospital, una iglesia y algunas casitas, emplazadas en el hermoso paisaje de la Tasman Peninsula. El tour del principio nos enseno un poco de la historia del lugar.
Pasamos la mañana paseando por el lugar y antes de irnos almorzamos en el café de ahí, el cual no era para nada caro.
Emprendimos el retorno, no sin antes desviarnos un poquito para ver algunas cosas mas del Parque Nacional, como Devil’s Kitchen, el Tasman Arch y el Tessellated Pavement. Las vistas de la costa eran impresionantes.
Volvimos a Hobart y paseamos por el centro, nos tomamos una cervecita en Salamanca y después nos comimos unos “fish & chips” en el puerto.
Día 3
Otra vez arrancamos tempranito, hicimos check-out de nuestro hotel al amanecer y nos fuimos a ver las casitas en Cornelian Bay. No son nada espectacular pero la costa era linda y tranquila, un gran lugar para hacer una barbacoa.
Después de eso subimos a Mount Wellington, el pico más famoso de Hobart, el cual ofrece una vista espectacular de la ciudad, el mar y las montañas. El camino hacia el mirador es también muy lindo. Si no hubiese sido por los vientos huracanados de la cima nos habríamos quedado mas tiempo explorando, pero dado el clima queríamos volver al auto rápidamente.
Al bajar nos fuimos a la famosa Cascade Brewery. Como era muy temprano para una birra, simplemente caminamos por los jardines y sacamos fotos de la famosa casa, pero no pudimos probar ninguna de las cervezas.
Empezamos el camino hacia el noreste e hicimos una parada rápida en Richmond, un pequeño pueblo antiguo muy cercano a Hobart, el cual vale la pena visitar.
Continuamos por la Tasman Highway, una ruta llena de curvas que atraviesa bosques y después bordea la costa Este, hasta que llegamos a Swansea, nuestra parada de la noche. No hay mucho para hacer en este pequeño pueblito, así que nos sentamos a contemplar el mar. Cenamos bien tempranito en la taberna del pueblo y nos fuimos a dormir.
Día 4
Nos levantamos muy temprano y manejamos por una hora hasta el Freycinet National Park. Llegamos justo cuando el visitor centre abría, compramos un pase ($24 AUD por el auto) y enfilamos para la atracción más popular: Wineglass Bay.
Estacionamos en el parking y arrancamos el camino que nos llevaría al mirador. Son 40 minutos de caminata hacia arriba. No es difícil, porque el camino está en buenas condiciones, pero es en subida y bastante cansador si no están en buen estado físico. Tuvimos que frenar un par de veces a recuperarnos. La verdad no teníamos pensado hacer hiking, pensamos que era un camino normal.
La vista desde el mirador es increíble. No se puede ver la forma completa de la bahía, que realmente parece una copa de vino, pero las montañas bordeando la costa hacen que sea espectacular.
Después de sacar algunas fotos no había mucho más para hacer ahí arriba, así que volvimos al estacionamiento. Hay otra caminata más difícil hacia la cima de Mount Amos, pero esa es larga y se requiere experiencia, así que obviamente no la hicimos.
Después nos fuimos para el Cape Tourville que ofrece una vista del océano y el parque nacional. De ahí arrancamos para Coles Bay, el pueblo en la entrada de Freycinet, donde nos compramos un café y comida para la ruta a Launceston.
Llegamos a Launceston cerca de la 1:30 y estacionamos en el Penny Royal, una atracción para niños en un hotel antiguo. Almorzamos rapidito y paseamos por la pintoresca ciudad (más parecido a un pueblo grande, pero es la segunda mas grande en Tassie).
Como teníamos algunos minutos, pasamos por Cataract Gorge, que la verdad no dice nada, quizás sea divertido en verano. Después nos fuimos para Bargain Car Rentals a devolver nuestro Hyundai y de ahí nos llevaron al aeropuerto, donde nos tomamos una James Boags tirada (la cerveza local de Launceston) mientras esperábamos nuestro vuelo de vuelta a Melbourne.